La boca juega un rol fundamental en nuestra salud y bienestar general
Es el primer órgano del aparato digestivo y gracias a ella podemos recibir, triturar y tragar nuestros alimentos. También participa activamente en la percepción del sabor y el sentido del gusto, asi como en la respiración.
Una boca sana facilita nuestra relación con el mundo que nos rodea, ya que es uno de los elementos más útiles que tenemos cuando recién nacemos y durante nuestra vida, para descubrir la consistencia y textura de las cosas y además nos permite hablar y realizar distintos gestos y sonidos con los que nos comunicamos con las demás personas.
Sus características externas forman parte de nuestra apariencia física.
Por consiguiente, son importantes en la imagen que proyectamos y el tener una boca agradable favorece las relaciones humanas y eleva nuestra autoestima.
Una boca sana es el reflejo de un cuerpo sano y de una persona bien integrada en la sociedad.
Tenga en cuenta estos consejos:
•Es conveniente que las visitas al dentista se realicen de forma rutinaria desde los 3 años, ya que a esa edad ya se ha completado la erupción primaria de los dientes. A partir de esta edad los controles rutinarios son necesarios cada 6 meses o, al menos, una vez al año, y siempre que detecte algún tipo de problema como úlceras, caries, mal aliento, sangrado de encía, movilidad dentaria, alteraciones de la saliva...
•La alimentación es de gran importancia para la boca; los azúcares cariogénicos (presentes en caramelos y dulces) la dañan, mientras que las verduras limpian y fortalecen la salud bucodental. La leche y los derivados lácteos aportan el calcio necesario para los dientes en la fase de formación de éstos.
•No fuerce su dentadura partiendo frutos secos, y evite tomar bebidas o alimentos excesivamente fríos o calientes.
El arte del cepillado
• Procure cepillarse los dientes después de cada comida (desayuno, almuerzo y cena). No deje pasar más de quince minutos entre el final de la comida y el cepillado.
•En caso de que sólo pueda limpiárselos una vez al día, hágalo antes de acostarse, ya que durante el sueño la producción de saliva y los movimientos linguales disminuyen, lo que favorece la formación de placa bacteriana si no se ha realizado una buena higiene dental.
•Elija un cepillo de dientes con cabezal de punta redondeada y pequeño para llegar fácilmente a todos los dientes. Sus filamentos han de ser suaves y de puntas redondeadas para evitar lesiones en las encías. Cambie de cepillo cada dos meses.
•Use dentífricos con flúor. Refuerzan la estructura del esmalte y reducen entre un 20% y 40% la posibilidad de que se formen caries.
•Cepille las piezas en grupos de dos o tres. Asegúrese de que el cepillo llegue a todas las superficies dentarias. Para ello hágalo poco a poco y siguiendo un orden: empiece por los dientes de la mandíbula superior, y siga con los de la inferior. El tiempo calculado para realizar la limpieza de modo óptimo es de tres a cuatro minutos.
•Lávese los dientes suavemente, y siempre partiendo de la encía, para no arrastrar la suciedad hacia ella. Recuerde que un cepillado demasiado vigoroso puede dañar sus dientes y encías, y provocar hipersensibilidad dental.
•No se olvide de la limpieza de la lengua. En ella se acumulan gran cantidad de bacterias, por lo que su cuidado es necesario para mantener la salud bucal. Para limpiarla, frótela con suavidad hacia delante usando el cepillo de dientes o un limpiador lingual.
Nuestra escuela cuenta con un equipo de dentistas (Lorena Piñeiro y Pamela Bacci) que trabajan para lograr una buena salud bucal de nuestros niños.
Las mismas desempeñan su función en un pequeño pero bien ambientado consultorio que posee la escuela.
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